martes, 27 de octubre de 2009

Un mundo maravilloso


Un día estaba soñando que en el pasadizo de mi casa había una puerta grande y vi un mundo maravilloso, había flores que brillaban y eran mágicas, había un camino de piedras con colores, había una ratona con sus tres hijos, pero la ratona tenía un montonón de cosas en las manos que ni siquiera podía coger a sus hijos. A uno de ellos le gustaba que la ratona pasara por donde vendían queso, el ratoncito menor se quedó mirando y la ratoncita no se dio cuenta que lo había dejado y cuando el ratoncito miró la mamá ya iba en una esquina, yo le dije al ratoncito: Ratoncito, ratoncito, no me tengas miedo yo te puedo ayudar. El ratoncito dijo: Seguro que no me harás nada malo. Yo le dije te lo prometo. El ratoncito dijo vamos creo que es por acá. Cuando la ratona no encontraba a su hijo yo le dije no se preocupe ratona, yo tengo a su hijo. Ella dijo por favor no le hagas daño. Yo le dije no se preocupe, yo no le haré daño. ¿Dónde está? Y yo le dije está conmigo. Mire ratona se lo entrego. La ratona se puso muy feliz y sus hermanos también y como recompensa nos ofrecieron una taza de queso.
Mónica Alejandra Serrano Vergel.
4° C, Colegio La Presentación, Ocaña

No hay comentarios:

Publicar un comentario